miércoles, 3 de noviembre de 2010

Los niños son más que personas completas (mi experiencia en la carrera Cartoon para Niños 2010 y algo sobre el Día de Muertos entre otras maravillas).

Yarik es ahora un niño de año y medio, pero lo conocí desde cuando era bebé de meses y también me ha tocado convivir con él en pueblos y montañas donde una maravillosa porción de nuestra existencia ha transcurrido con la mirada siempre hacia enfrente, pero aprendiendo de lo que hemos dejado atrás tal como nos enseñó el filósofo Sören Kierkegard. Enseñanza remarcada en el video realizado por un estudiante amigo y que dejo al final de este artículo.




Llegado el domingo
, 31 de octubre, Yarik quiere correr los dos kilómetros destinados para niños a partir de 6 años. En efecto, se trata de la Carrera Cartoon 2010 para niños. ¿La decisión de Yarik es un capricho de niño pequeño?.. ¡No! Y aunque a veces también es caprichoso, Yarik nació con poder de determinación y defiende su libertad psicológica como verdadero guerrero. Dicho sea de paso, ya habla con mucha claridad y resonancia la lengua castellana aunque a veces cambia la letra “r” por la “t” como cuando dice catatina en lugar de catarina. Su “No” es poderoso y por ese “No”, me cae requetebién aunque a veces nos ponga en crisis y sobresalte a la madre que es una de mis grandes amigas.

Me encanta el No de Yarik, pero también su porque, poco a poco, va entendiendo que lo defendible no es la afirmación o la negación, sino la razón (el espíritu diría Hegel, pues para este filósofo --que no es un perro muerto-- espíritu y razón son lo mismo). Pero, por supuesto, tampoco se trata de defender a la razón por la razón sino porque, gracias a ella, podemos encontrar fundamentos (y no terquedades ni dogmatismos) para permitirnos vivir con mayor libertad. Por otra parte, no habría autodeterminación siguiendo siempre las imposiciones del mundo. Yarik, en esta pequeña historia que vengo compartiéndoles, ya se autodeterminó para correr los dos kilómetros y le prometí apoyarlo. ¡A-Já!: con mi determinación también tajante para realizar este proyecto, pude explicarle a una de las administradoras de la carrera nuestra no inscripción a tiempo y aunque este acto ya no es posible, le digo casi con sorna que hemos decidido correr porque la calle es libre y es una de las bellas conquistas ciudadanas. La administradora ríe en lugar de enojarse y me da su consentimiento. Pasado ese instante, le pido a un padre de familia cuyo hijo ya corrió, que me preste el papel con su número (la carrera se efectúa por determinados grupos de niños, pues son miles los dispuestos a correr junto a sus padres) ese señor acepta y otro padre de familia me proporciona el cordón para sujetar al niño; cordón que no utilizamos.

La carrera está a punto de comenzar y Daira, de siete años y hermana de Yarik ya está lista junto a su mamá de nombre Itzia. Antes, he efectuado algunos ejercicios de calentamiento con esta niña también con capacidad autodeterminante. ¿Fue ella quién desató el deseo de su hermano por también correr?.. ¿Sintió envidia Yarik y por eso está dispuesto a correr?.. No lo sé, ¿pero acaso no muchas veces son los otros quienes nos persuaden a ser mejores que buenos?



La carrera empieza
y, como era de suponerse, nos vamos quedando rezagados, pues los pasos de un niño de año y medio no son equiparables a los de 6 o 7. No me importa, yo corro junto a Yarik imitando sus pasos. Afuera de la pista y entre la gente, corren también Goran y Ketti,
nuestros amigos de Macedonia, quienes nos van tomando fotografías.
Al llegar al primer kilómetro tomo entre mis brazos sólo un ratito a este niño de gran voluntad. No me pidió que lo abrazara, pero le noté sufrimiento. Corro de esta manera con él sólo hasta volver a alcanzar a la tropa. Luego, lo bajo nuevamente y, poco a poco, pasito a pasito, nos aproximamos a la meta. Cerca de la meta la gente se emociona al ver al competidor más pequeño de la carrera y se nos aproximan una gran cantidad de personas con cámaras y aparatos filmadores. Yarik se pone serio, pues no está acostumbrado a ese tipo de acontecimientos. Le pido no hacer caso a esa distracción y que mejor cantemos la canción “Huitzi, huitzi araña”. Y así lo hicimos.


Al llegar a la meta, nos aplauden de tremenda manera y nos proporcionan medallas por demás simpáticas. Pasados pocos instantes, ya dentro del coche de la madre, Yarik cae profundamente dormido.





Dos días después
–el día de muertos-- me vuelvo a reunir con mis amigos: Itzia, Daira, Ketti, Yarik y Gora (nos hizo falta Julien Collado, pero por unos días este amigo, también gran atleta, tiene que guardar reposo a causa de una leve enfermedad ) para visitar a los muertos en el cementerio cercano a mi trabajo.
El cementerio se llama “Recinto de la paz” y durante el día llevé a mis estudiantes y amigos a quienes imparto la materia de “Ética, persona y sociedad” en el Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara (la visita efectuada, junto a mis estudiantes, fue tan estupenda que hasta cantamos junto a una banda).


Entrada la noche en el cementerio,

de repente Itzia afirma su no desear una tumba e inmediamente la voz de Yarik se escucha autoderminante: ¡Yo-sí-quiero-una-tumba!
Este último razonamiento de Yarik me dejó dándole vueltas a toda la noche. Bueno, algún día yo también querré una tumba con rehilete y juguetes tal como vio Yarik que poseían los niños muertos al menos en este cementerio cercano al TEC de Monterrey.Pero antes de tener una tumba todavía quiero hacer tumbos tales como correr más maratones completos y ocasionarles a quienes están acostumbrados a humillar, algunós desenmascaramientos. Sí, porque en efecto, correré otra vez el maratón completo a realizarse en Guadalajara el próximo domingo y en unas pocas semanas, en Grecia. Y, por su parte, Yarik sin duda ya es poseedor de un capital persuasivo para seguir corriendo por la vida. A propósito de correr, Francisco Santoyo, uno de mis estudiantes -como dejé explicado al principio- elaboró un filme brevísimo pero interesante. Así es, pues a veces, como tarea en mi clase sobre Ética, Persona y Sociedad, suelo pedirles determinados videos que no duren más de dos minutos. Y, con permiso de Francisco, enseguida lo expongo. (Pero si encuentra dificultades para ver la pantalla completa del video, puede darle un clikc al siguiente título: "Siempre hacia enfrente").